jueves, 3 de marzo de 2016

Ónega, Zarzalejos, etc.

Tras la última barbaridad publicada por Rahola en ese medio, que tiene que ver con un etarra que ha salido de la cárcel, quienes publican en La Vanguardia y conservan restos de vergüenza deberían dar un portazo y no volver más, mientras siga en esa línea.
Ahí te quedas, conde, deberían decirle. Grande de España, por cierto, qué vergüenza para el resto de quienes también lo sean.
Los partidos políticos han descuidado un aspecto capital. Es imposible evitar que haya corruptos en sus filas, pero no se debería consentir que esa corrupción afecte a los partidos. Manuel Chaves o Rita Barberá pueden ser o no ser corruptos, pero ni el PSOE ni el PP deberían ser salpicados por ello. Al no haber sabido cubrir ese flanco, y eso que ambos partidos disponen de departamentos o fundaciones dedicadas a “pensar”, han dado pie a que ingentes cantidades de personas sin moral se atrevan a dar “lecciones” de moral, pero vaya lecciones. Hay que hacer constar que la única corrupción que ven estos moralistas de pacotilla es la del PP. Sueltan dos o tres nombres relacionados con este partido, y a continuación su faramalla.
Ninguno de todos es capaz de leer 'Mal consentido', libro que sirve como test para detectar a las malas personas.
No resulta extraño que haya gente que defienda a Otegui. Si ETA no tuviera apoyos, y gente que considera que “su lucha” (así llaman a sus atentados) era política, no habría podido durar tanto. También es obvio que no sólo disponían de cómplices activos o pasivos en el País Vasco, sino que éstos están diseminados por el mundo. En cambio, pocos son los saben qué es Covite. A Rahola debe de darle dolor de tripas entrar en esta web.
Ni los partidos antidemocráticos deberían tener cabida en el sistema democrático, ni los periódicos deberían prestar sus páginas a semejantes indignidades.

No hay comentarios: